Por: Hugo Mérida, poeta guatemalteco:
Ilustres ciudadanos (con mentalidad cosmopolita): En esta época de marejadas y de conmoción telúrica, los abrazo espiritualmente. La naturaleza es la poderosa envoltura que nos abarca inexorable e ineluctablemente. Somos parte de ella. Jorge Luis Borges, el gran poeta argentino, escribió: "¿Qué Dios detrás de Dios mueve las piezas?" No hay poder humano que comparársele pueda. Entonces, ¿por qué no protegerla y aprovechar sus designios superiores? Lo peor de todo es que la hemos maltratado y, tarde o temprano, nos pasará la factura. Si existiera, ¿transgrediríamos el undécimo mandamiento? Por ahí viene el oleaje que, en Guatemala, apenas será una caricia tropical; quién sabe si mañana se muevan las aguas del mar con agitado frenesí, con cauda de destrucción y muerte. Aún tenemos tiempo de volver al cauce; seamos como los ríos, que nunca pierden la memoria (no son desmemoriados) y desembocan irremediablemente en mares espumosos. No obstante las transformaciones de la materia, hay muchas perplejidades metafísicas.
Finalmente: La violencia es el peor de los tsunamis (algo me dice que es señal apocalíptica), como cerrar el corazón al mar vencido.
Viendo su lado positivo, un tsunami de amistad y cariño para ti. Adiós, amiga/o, en el país de las esquinas rotas y de las orquídeas que, a pesar de todo, echan polen de todos los colores.
Hugo Roberto Mérida Flores, desde Cuilapa, Santa Rosa.
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