miércoles, 5 de octubre de 2011

Cuilapa: Un pueblo golpeado

Por. J. Samuel Hernández M.

El municipio de Cuilapa, que se encuentra ubicado a 63 kilómetros de distancia de la ciudad Capital de Guatemala, al sur oriente del país, con una población aproximada de 32 mil habitantes y actualmente es la cabecera del Departamento de Santa Rosa. Su economía está basada en el cultivo del café, además, hay cultivos de maíz, frijol, piña y la actividad comercial. Actualmente vuelve a enfrentar crisis por fenómenos naturales, que tienen a la población en completa situación de psicosis.

Desbordamiento del rio:

El día miércoles veinticuatro de agosto, el riachuelo que pasa a un costado de la población, conocido como Rio San Juan, el cual tenía antecedentes de desbordamientos por las constantes lluvias durante los fenómenos del Mitch y el Stan, en esta oportunidad hizo estragos en el área urbana, saliéndose de su cause natural y dividiéndose el rio por las avenidas de la población, ocasionando daños en las viviendas y destrucción total en varias viviendas. Según información de los medios escritos, más de seis mil personas están afectadas, dos mujeres y tres niños fallecidos y cuatro desaparecidos, según CONRED y el gobierno ofreció ayudar con prioridad a las familias más damnificadas del fenómeno.

Temblores

La roca que cayó encima de una vivienda, que pesa más de una tonelada

Un mes después del desbordamiento del Rio San Juan, la actividad sísmica se agudiza en Cuilapa, Oratorio e Ixhuatán, cuando se suceden temblores que uno de ellos alcanzó una intensidad de 4.1 grados en escala de Richter, luego se sintieron más movimientos de menor intensidad, los cuales fueron sensibles en la ciudad Capital.

Según el Instituto de Sismología, Vulcanología e Hidrología, INSIVUMEH, se han reportado enjambres de temblores a partir del 19 de julio del presente año, por más de 4 mil microsismos y 40 sismos sensibles, que han dejado, como resultado, cientos de viviendas dañadas en su estructura y muchas de ellas están inhabitables o derribadas.

Lo que está sucediendo en Cuilapa, es una destrucción lenta y progresiva de las viviendas, con mayor impacto en aquellas que están construidas de adobe (es un material de construcción de bajo costo que se hace en un molde rectangular de material de tierra con agua –lodo- mezclada con zacate jaragua), y además, por la falta de bases de hierro en su construcción, no soporta los movimientos telúricos sensibles y fuertes. La cantidad de sismos ocurridos han quebrado las estructuras y paredes de las casas, y ha diferencia de un terremoto, que cuando ocurre derriba las viviendas en un solo acto, en este caso, las casas hay que demolerlas. Por lo tanto, la emergencia es general en los municipios circunvecinos y la presencia del estado debe sentirse con mayor impacto.

El drama de dolor, tristeza y abandono

La población de Cuilapa, principalmente la más vulnerable, se encuentra con mucho dolor por la pérdida material de sus bienes y la sicosis que le causa estar sintiendo los temblores a cada momento lo que provoca temor permanecer por mucho tiempo dentro de su casa, lo que está causando una parálisis en la actividad laboral y económica.


Refugios improvisados que ocupan las calles
 Han estado viviendo en refugios temporales a la intemperie, el más grande es el habilitado en la cancha de futbol El Reducto y otros, en las calles frente a sus casas destruidas, las cuales no las abandonan por cuidar que no se roben sus pertenencias. Los refugios no son adecuados, están al aire libre por la falta de edificios o salones que se puedan habilitar para estos fines. Sus refugios son techos y cubiertas de cartón y nylon, los cuales son vulnerables a cualquier cosa; son una minoría los que han logrado carpas por parte de CONRED.

Es común ver el menaje sobre las calles, por temor a que se
derrumbre la vivienda
No obstante que ha habido apoyo gubernamental y privado para la distribución de alimentos, se han quedado marginados muchos pobladores de aldeas y caseríos, quienes han clamado por una efectiva ayuda; en otras palabras, es muy débil la presencia del Estado para atender la emergencia y el estado de calamidad en que se encuentra la población de más escasos recursos.

Reconstrucción o traslado

Cuilapa y los demás municipios afectados, necesitan con urgencia un plan de reconstrucción de viviendas, en donde el Estado asuma su responsabilidad constitucional de proteger la vida y a las familias y facilitar los recursos financieros para iniciar la reconstrucción y reparación de las viviendas que han sido afectadas y demolidas. En este momento, la población tiene un panorama de incertidumbre, por esa razón, el Estado debe interesarle más allá de la etapa de emergencia.

Constituir un fideicomiso en uno de los bancos del sistema, que tenga como objetivo otorgar préstamos para la construcción o reconstrucción de viviendas o compra de lotes de terrenos, para la atención las personas afectadas, con tasas de interés preferenciales que cubran únicamente la administración de los recursos, con un año de gracia y a largo plazo, con amortizaciones de capital e intereses de bajo monto, y con garantía del mismo Estado, para expeditar la calificación del crédito, puede ser el mecanismo para apoyar en forma digna a los necesitados. Considero que las personas claman por ayuda, y no necesariamente regalada, requieren tener la oportunidad de pagar con mucha dignidad lo que puedan recibir. Cuando fue el terremoto de 1976, se creó la Unidad Ejecutora de la Vivienda adscrita al Banco Nacional de Desarrollo Agrícola, BANDESA, que diseñó un modelo de vivienda funcional y económico, que se constituyó en el brazo derecho del gobierno de turno para la reconstrucción del país; esta experiencia puede ser aprovechada para la ayuda que necesita Cuilapa, Ixhuatán, Oratorio y Pueblo Nuevo Viñas, pero se necesita voluntad política para realizarlo, en donde el Organismo Ejecutivo y Legislativo tienen las facultades para efectuarlo y aprobarlo de urgencia nacional.

Derivado de que la topografía en donde está asentada la población de Cuilapa es irregular y volcánica, las autoridades locales y departamentales deben considerar la factibilidad de la migración de la población hacia otro sector del municipio de Cuilapa, el cual puede identificarse en los lugares en donde hay terreno plano, localizados por las fincas cercanas: Los Ángeles, El Papaturro, Amapa, Los Esclavos, etc. La Municipalidad es la autoridad inmediata a quien le correspondería abrazar la iniciativa, iniciando con los estudios económicos, de ingeniería, urbanismo, catastro y topografía, para presentar con respaldo las gestiones de apoyo. Este proyecto de gran magnitud puede ser similar a lo ocurrido con la población de El Palmar, Quetzaltenango, que después de más de cien años de sufrir inundaciones, erupciones volcánicas y temblores, y sentir la escasa asistencia del Estado, finalmente con base al dictamen de la Comisión de Gobernación del Congreso de la República en los inicios del Gobierno de Vinicio Cerezo, durante el mes de septiembre de 1986, el Congreso legisló sobre la expropiación de la finca San José de los Encuentros para asentar la nueva población.

“En momentos de desastre, la intervención del Estado es imprescindible para garantizar el funcionamiento de la sociedad, su aparato productivo, pero sobre todo para subsidiar los requerimientos mínimos que exige la reproducción de la fuerza laboral…Esto implica que el Estado debe constituirse en garante y regulador de las condiciones en que se desenvuelve la dinámica social de la población y aún más, que extienda su acción hacia aspectos críticos de la esfera económica y social del país”, boletín 3 CEUR, febrero 1989.

No hay que esperar que sigan sucediendo los fenómenos naturales a las que ha estado expuesta la población, por su condición de vulnerabilidad, sino que es el momento de plantear con seriedad el traslado de la población. Hay que recordar que hay historia sísmica, se registran terremotos en los años 1791 y 1913 por los cuales se destruyó el poblado; el terremoto del 4 febrero de 1976 afectó con daños menores. No se puede predecir un terremoto, pero lo que sucede actualmente en Cuilapa, desde el 19 de julio del presente año, se asemeja a un terremoto a pausas que está destruyendo cada vez más las estructuras de las viviendas e inclusive edificios, que representa peligro, zozobra y sicosis constante para sus habitantes.







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