Estamos en noche buena y en vísperas del más grande acontecimiento universal, el nacimiento del Salvador del mundo, la navidad, la verdadera navidad que su reconocimiento y aceptación constituyen la luz del corazón, que en su integridad traen los frutos del Espíritu Santo: paz, amor, gozo, paciencia,benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.
Es valioso que se mantenga la navidad permanentemente en el corazón del hombre, y que al recordar su nacimiento, se haga una verdadera fiesta espiritual y de reflexión, para que nuestra forma de actuar se enmarque dentro de los frutos mencionados. Tal parece que la influencia del marketing, nos conducen a ignorar la magnitud de este acontecimiento y le demos primacia a Santa Claus, a las comidas y bebidas, a los adornos y regalos.
Cómo se siente Jesús, el cumpleañero, que nos trae el regalo más grande y lo rechazamos, lo ignoramos y nos dedicamos a los deleites de la carne?
Deseo que pasen una feliz y verdadera navidad.
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