Cañadas del Río Colonial, Villa Canales
15 de
septiembre de 1821 fecha en que un grupo de ciudadanos notables de
los
criollos, firmaban el acta de independencia de Guatemala, en su primera etapa: Ellos fueron: Antonio Rivera Cabezas, Mario de Aycinena y Piñol, José Cecilio del
Valle, Mariano Gálvez, José Antonio de Larrave, Isidoro de Valle y
Castriciones, Mariano de Beltranena y Llano, José Mariano Calderón, José Matías
Delgado, Mariano de Larrave, Miguel de Larreynaga, Pedro Molina, José Lorenzo de
Romaña, siendo Gabino Gaínza el Primer Jefe de Estado. María Dolores Bedoya fue la primera en gritar
“independencia!”, luego de que se firmó la declaración.
En el contexto de la independencia, se encontraban los movimientos independentistas de las provincias de América del Sur y México, este último que firmó su independencia el 16 de septiembre de 1810, en su primera etapa. En febrero de 1821, se establece el Plan de Iguala que deja vínculos con la Corona Española y el imperio mexicano, según el Plan, se extendía a Centro América y parte de las Antillas; este antecedente favoreció la anexión a México, y
en enero de 1822, la Capitanía General decidió formar parte del
Primer Imperio Mexicano dirigido por Agustín de Iturbide. La abdicación de Agustín I, el 19 de marzo de 1823, a causa de la
difícil situación interna de México, y las discordancias ideológicas entre
algunos poblados de Centroamérica provocaron que la duración de está fuera
efímera. La disolución del imperio y la independencia definitiva de las
provincias centroamericanas tuvieron como consecuencia el establecimiento de la
República Federal de Centroamérica y la anexión definitiva de Chiapas a México,
en 1824 que duró hasta junio de
1823.
Hubieron antecedentes independentistas que se
originaron desde España que se encontraba dominada y que querían
librarse del monarca impuesto por Napoleón Bonaparte, emperador de Francia; los
antecedentes de la independencia de México; los movimientos independentistas de las provincias de América
del Sur y México, este último que firmó su independencia el 16 de septiembre de
1810. Asimismo, internamente los
movimientos de líderes indígenas de Totonicapán, para
mencionar a los célebres líderes indígenas Atanasio Tzul y Lucas
Aguilar, que llevaron a cabo el
levantamiento de mayor trascendencia, en Totonicapán, en 1820.
Conmemorar esta fecha es de mucha reflexión, ya
que en 1821 se determinó un parteaguas en lo económico, político y social del
Reino de Guatemala, en ese entonces: ¿Hay cambios? Entre sombras y luces, no se
puede negar que ha habido cambios en la sociedad, pero también han sido
insuficientes para lograr a reducir las grandes desigualdades sociales e
históricas, que siguen prevaleciendo, como la pobreza y pobreza extrema
multifactorial que es un indicador vergonzoso que muestra la realidad de las
condiciones precarias de la mayoría de la población guatemalteca, especialmente
del área rural, campesina e indígena; el analfabetismo que intencionalmente se
mantuvo a la población, para evitar levantamientos y mantener el status quo de
la clase dominante.
La
mortalidad y morbilidad que experimenta la sociedad por la falta de un sistema
de salud que atienda a la población satisfactoriamente y que se agudiza por la
desnutrición de la niñez; la exportación de mano de obra representada por la
migración irregular masiva de jóvenes hacia otros países, huyendo de la
miseria, la violencia y la falta de oportunidades de trabajo y educación en
nuestro país. La violación de los derechos humanos y la negación de los mismos
a las mujeres, niños, niñas y jóvenes, siguen siendo la cotidianidad de la
sociedad.
Se
dieron 36 años de conflicto interno para reivindicar derechos que terminaron
con la firma de la paz y sus acuerdos, los cuales han sido débilmente cumplidos
a 25 años de la suscripción y el Estado y la sociedad no han sido capaces de
cumplirlos, especialmente los acuerdos sobre aspectos socio económicos y
situación agraria, acuerdo sobre identidad y derechos de los pueblos
indígenas, que han sido causas históricas que requieren su atención.
Aún con
los problemas que después de dos siglos de la independencia prevalecen y han
surgido otros con mayor peso, como es el caso de la corrupción, como ciudadanos
debemos ser más participativos, afianzar la ciudadanía y exigir a la clase política,
reencausar la República, que sea incluyente para todos los guatemaltecos,
impulsar un modelo de desarrollo sostenible y sustentable que alcance el
bienestar para todos, que constituyen los grandes desafíos para este nuevo
centenario que se inicia y tender puentes de comunicación, diálogo franco y entendimiento
entre los diversos sectores.
Que viva Guatemala, salud por tu Bicentenario de Independencia.
Fuente: Ministerio de Educación, Conversatorios con Historiadores promovidos por el sector académico a través de plataforma Facebook y Museo Nacional de Historia